Un año más, el Santo del agro se dirigió hasta la asociación olontense rodeado del fervor de su devoto pueblo.
Todos los congregados vivieron con especial emoción y una cerrada ovación la ofrenda de Paqui Suárez Mora a San Isidro.
Antonio de Padua (El Sembrador RTV)
Un año más, la Asociación de Obras Cristianas ofreció su tradicional desayuno a base de chocolate con churros al pueblo de Gibraleón en la celebración de San Isidro Labrador, Patrón de los campos olontenses. Así, e inmediatamente después de que el Santo saliera en procesión portado por sus fieles devotos de la Iglesia de Santiago Apóstol, se dirigió hasta la Casa Madre de Obras Cristianas donde los trabajadores de la asociación se entregaron gustosamente a servir el clásico desayuno a todos los olontenses congregados en torno a San Isidro, mientras la música festiva, las salvas de cohetes y los vivas al Santo no dejaban de escucharse.
El presidente de la Junta Gestora de la Hermandad de San Isidro Labrador, Antonio Durán, destacaba a los micrófonos de El Sembrador Europa Radio y Televisión, “su alegría por la cantidad de fieles que se habían echado a la calle en hora tan temprana para acompañar a San Isidro”, haciendo un llamamiento a los olontenses para que la hermandad “resurja con fuerza a partir de septiembre tras un año complicado”, al tiempo que agradecía “de todo corazón a la Asociación de Obras Cristianas, presidida por el Padre Diego Suárez Mora, su fidelidad con la Hermandad de San
Isidro y su entrega, siempre, a los más necesitados de este pueblo”.
Muy emocionado se mostraba también el capataz del paso de San Isidro, Antonio Arias, quien lleva dieciocho años al frente de la procesión del Santo por las calles de Gibraleón llegadas estas fechas del mes de mayo. Arias subrayó que él, “a pesar de los años” no se “cansa nunca y que es una satisfacción enorme y que no se puede explicar estar un año más aquí llevando a San Isidro Labrador”.
Por su parte, Juan José Cáceres, tesorero de la Junta Gestora de la hermandad, también se mostraba “muy contento de la respuesta del pueblo de Gibraleón a San Isidro Labrador”, estando “esperanzado en un futuro prometedor para la institución”.
Lourdes Martín, alcaldesa olontense, declaraba a El Sembrador sentirse “muy contenta por ese día lleno de emociones en torno a la figura de San Isidro”, una devoción “que yo he vivido aquí en Gibraleón, mi pueblo, de donde soy, me siento y vivo, desde niña”, agradeciendo “a Obras Cristianas, presidida por el Padre Diego, el hecho de estar haciendo tanto bien desde hace ya cuarenta años a cuantos olontenses lo precisan”.
Alguien que no podía faltar a esta cita de festiva devoción era Luis Carlos Sáenz de la Torre, gerente de Obras Cristianas, que participó activamente en las populares tiradas que, tras el desayuno, tuvieron lugar desde los balcones tanto de la Casa Madre de la Asociación como de la Clínica Solidaria de la misma, subrayando que el hecho de ofrecer cada año este desayuno a todos el pueblo de Gibraleón no es sino “un símbolo de lo que quiere ser y es Obras Cristianas, una institución solidaria y entregada a servir a cuantas personas necesiten de ella, con especial empeño y cariño a los discapacitados, humildes y olvidados de la sociedad”.
Llegados a este punto se produjo quizás el momento más intenso de la jornada matutina, con la ofrenda de la tradicional rosca de pan a San Isidro Labrador de Paqui Suárez Mora, hermana del presidente de Obras Cristianas, en unos instantes tremendamente emotivos, pues Paqui es una mujer queridísima en Gibraleón, por su bondad infinita, su generosidad a raudales con todos y su amor sin límites a Jesús de Nazaret. Como no podía ser de otra manera, la ofrenda de Paqui Suárez a San Isidro culminó con una cerrada ovación de todos los allí congregados.
Tras estos momentos tan emotivos el presidente de la Junta Gestora de San Isidro Labrador, Antonio Durán, hizo entrega al Padre Diego Suárez Mora, cabeza rectora de la Asociación de Obras Cristianas, de un pergamino “en señal de agradecimiento por su apoyo a la hermandad, así como por estar siempre junto a los más necesitados”.
El Padre Diego, por su parte, agradeció el detalle de la hermandad olontense, incidiendo en que todas las obras y todo cuanto desarrolla Obras Cristianas de Gibraleón es por Dios y por los demás y que el mérito no ni suyo ni de nadie, sino del Padre Celestial que nos da la fuerza necesaria para transmitir ayuda, amor y misericordia a las personas más humildes y necesitadas”.
Finalmente, Jesús Mora, vicepresidente de la Asociación, manifestaba a las cámaras de El Sembrador Europa “mi ilusión, renovada cada año, por ver disfrutar a mi pueblo con San Isidro Labrador, y a Obras Cristianas sirviendo a los demás, con generosidad y entrega, que para eso es, justamente, para lo que queremos, con gozo, estar, hoy y siempre”.