Un viaje al corazón de la memoria: Celebramos el Día Internacional del Alzheimer en el Centro Residencial de Mayores «Jesús de Nazaret»

En un ambiente cargado de emoción y recuerdos, el Centro Residencial de Mayores «Jesús de Nazaret» se ha vestido de gala para conmemorar una fecha de profunda significancia: el Día Internacional del Alzheimer, que cada 21 de septiembre nos invita a reflexionar y solidarizarnos con quienes enfrentan esta enfermedad.

Un proyecto especial, llamado «el árbol de los recuerdos», fue el protagonista de este día, desarrollado en el taller de arteterapia durante la semana. Este árbol, elaborado en papel continuo, se transformó en el eje de una actividad que se ha quedado grabada en el corazón de todos los presentes.

La jornada comenzó con una presentación emotiva, seguida de una serie de preguntas abiertas realizadas por los técnicos del centro, diseñadas para sumergir a los residentes en una conversación íntima sobre el alzheimer. La participación de uno de los residentes recitando un manifiesto, con el soporte de un técnico, añadió un toque muy personal al evento. Además, las palabras de Antonio Machado cobraron vida a través de un poema que resonó con profundo significado para todos.

El momento cumbre llegó con la ornamentación del «árbol de los recuerdos». Los residentes, uno a uno, compartieron imágenes y memorias: desde lugares emblemáticos de Huelva hasta alimentos, actores, personajes televisivos, y juegos de su juventud, tejiendo un tapiz de memorias colectivas.

La música jugó un papel esencial en esta celebración, con melodías de Carmen Sevilla, Lola Flores, y sintonías inolvidables de Verano Azul y Barrio Sésamo, entre otras, evocando épocas pasadas y llenando el ambiente de nostalgia y alegría.

Fue una jornada matinal amena; un viaje por la memoria donde se conversó sobre series, películas, comidas y medios de transporte de antaño, creando un espacio de encuentro único para los residentes.

Celebrar el Día Internacional del Alzheimer de esta manera no solo honra a quienes viven con la enfermedad, sino que también refuerza nuestra comprensión y nuestros lazos con el pasado, demostrando que, aunque los recuerdos puedan desvanecerse, el amor y la solidaridad permanecen eternos.